Los lípidos de las membranas biológicas tienen generalmente 16, 18 o 20 carbonos de largo y presentan de 0 a 3 dobles ligaduras. Los más sencillos son los ácidos grasos, que consisten en una larga cadena hidrocarbonada unida a un grupo ácido (-COOH). Uno, dos o tres de estos ácidos grasos se pueden unir a los grupos hidroxilos del glicerol. Este conjunto se puede unir a su vez a un fosfato (que autoriza a llamarlos fosfolípidos). Las membranas de los eucariontes contienen además colesterol y algunoas de sus derivados, que se relacionan con el agua.
La característica principal de los lípidos de membrana es que tienen una alta fluidez que les permite mucho movimiento.
La fluidez de las membranas causada por los lípidos permite la permeabilidad selectiva de las moléculas que atraviesan la membrana, además de ser imprescindible en algunos procesos metabólicos, cómo es el caso del movimiento del coenzima Q en la membrana mitocondrial, en procesos de transporte o en la transducción de señales.
Los lípidos tienen varias formas de movimiento: pueden moverse lateralmente, en el plano de la membrana, pueden rotar sobre sí, pueden tener movimientos de flexión en los cuales son las cadenas que se mueven, y finalmente pueden padecer procesos de flip-flop.La fluidez de las bicapas lipídicas está controlada por varios factores. Esta regulación debe ser precisa para que no se detengan los procesos de transporte o enzimáticos, ya que se pueden detener si la viscosidad aumenta o baja más allá de un nivel límite. Por ello algunos mecanismos permiten controlar la fluidez. La composición de la membrana y la temperatura son los elementos que más interfieren en la viscosidad de la membrana.
La fluidez de una membrana también depende de la temperatura del medio. Una bicapa puede pasar de estar en forma líquida y pues viscosa a una forma más ordenada y cristalina, perdiendo pues sus propiedades de movimiento. Este cambio de estado se conoce por transición de fase. Una membrana entra en transición de fase cuando la temperatura supera la temperatura de transición. Más allá de una cierta temperatura, que depende de la longitud y del grado de insaturación de las cadenas de los fosfolípidos, la membrana se fusiona. Por lo tanto, si las colas son cortas e insaturadas, esta temperatura será más baja y será más difícil cristalizar la membrana.
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